Los niños de dos y tres años han salido a dar un paseo para ver el paisaje que ha dejado el otoño en el barrio. Han conocido al cartero de la zona y les ha enseñado las cartas que lleva en su carro. Han encontrado una montaña de «hojas caducas» con la que han podido jugar, lanzándolas por el aire.
También les ha encantado que un conductor de autobús les saludase tocando la bocina mientras cruzaban.